La carrera de España hacia el BIM

Al finalizar el primer European BIM Summit, las administraciones públicas catalanas firmaron el Manifiesto BIM Cat Barcelona, por el cual se comprometían a implementar escalonadamente en el tiempo, el Building Information Modeling (BIM) en el sector de la construcción en Cataluña.

Meses más tarde, en julio del 2015 se constituyó la Comisión BIM por el Ministerio de Fomento, para impulsar la implantación de BIM en el sector de la construcción española, incentivar en las administraciones públicas el establecimiento de requisitos BIM en las licitaciones de infraestructuras, y realizar el plan académico de formación de esta metodología en España, entre otras.

A través de esta comisión, el Ministerio de Fomento decidió asumir el liderazgo del proceso de adopción de la metodología BIM, siguiendo la tendencia de la Unión Europea que en el 2014 pidió por primera vez a sus miembros que se considerara la conveniencia de incorporar la tecnología BIM para modernizar y mejorar los procesos de contratación pública.

 

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A la fecha, ha pasado casi un año desde que se tomaron estas acciones concretas en pro del fomento de la utilización del BIM en España y resulta interesante valorar los avances y objetivos alcanzados.

Muy positivamente sobresale el hecho que se haya constituido otra comisión transversal: “Construimos el Futuro en Cataluña”; con una participación significativa en sus grupos de trabajo que plantean dar resultados próximos a la luz pública. Asi mismo, algunas administraciones, como lnfraestructures.cat, la Consejería de Justicia de la Junta de Andalucía e Instituciones Penitenciarias, han utilizada la herramienta BIM en proyectos de edificación, a lo largo de sus diferentes fases. A estas, también se han sumado varias iniciativas privadas, como la del FC Barcelona. Sin embargo, todavía son pocas las iniciativas puestas en marcha en España como pruebas piloto que pongan en práctica el BIM en proyectos de diferentes tipologías y presupuesto.

Por otro lado, en el ámbito académico, los programas formativos en las universidades se han difundido con decisión, sin embargo, deben hacerse extensivas en el ámbito de la formación profesional, con la participación de los colegios profesionales y otras organizaciones. Si bien, esta formación en la metodología BIM se ha limitado a los aspectos tecnológicos, debería hacerse un mayor esfuerzo en divulgar e implementar su metodología colaborativa, lo cual supone un cambio cultural en la forma de pensar y ver el proyecto, la obra, la ejecución y su mantenimiento.

Como reflexión a lo ocurrido durante este año, cabe destacar la necesidad de que las diferentes iniciativas que se llevan a cabo no estén aisladas sino interconectadas en una red de información, donde se pueda aprovechar las experiencias vividas, optimizar esfuerzos y trabajar conjuntamente. Analizar los proyectos puestos en marcha en otros lugares para identificar casos de éxito y fracaso, puede ayudar a identificar un modelo para la implementación eficiente del BIM en España.

Y si un aspecto se ha identificado en el análisis de la implementación de la metodología BIM en otros países es la necesidad de contar con un presupuesto específico por parte de las administraciones públicas, enfocado hacia el sector de la construcción, tal y como lo ha hecho con otros sectores productivos. Además, una parte del esfuerzo de la administración debe enfocarse a crear el marco regulatorio adecuado para el uso de BIM.

Por ejemplo, a lo largo del European BIM Summit se pudo saber que Francia estipula 20 millones de euros en tres años para el cambio en la digitalización de la industria y dispone de un plan para desarrollar 500.000 viviendas utilizando la metodología BIM hasta 2017. Por su parte, Finlandia ha invertido 40 millones de euros desde 1997; y Alemania destinará 2.700 millones de euros hasta el 2020 para emprender grandes proyectos piloto con la metodología BIM.

 

Por lo que contrasta que al día de hoy ni la administración catalana ni la española han divulgado la definición de un presupuesto específico. Así, los agentes españoles que participan en la implantación del BIM están llevando a cabo un sobreesfuerzo que no se puede mantener de manera indefinida.

Por lo tanto, podemos deducir que aunque en el sector privado y académico se destacan avances iniciales en esta carrera hacia la implementación del BIM, es evidente la necesidad de esta inversión de recursos públicos para poder poner el sector de la construcción de España al mismo nivel metodológico y tecnológico de los países de nuestro entorno y competir de manera eficiente.

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