Cuánto y como cobrar por un render?

Si nunca has tenido claro cuánto cobrar por un render o un modelado 3D arquitectónico, aquí tienes el método más rápido y efectivo que encontrarás nunca.

Gran parte de quienes se dedican profesionalmente a los renders se encuentran totalmente desorientados a la hora de conseguir clientes y generar encargos de manera recurrente. A ese desconocimiento, seguro que te ha pasado lo siguiente: tras una breve negociación, finalmente cedes a la presión y terminas haciendo el trabajo a regañadientes. Sientes como si te estuvieras prostituyendo. Intuyes que tu trabajo vale mucho más de lo que estás cobrando, pero no sabes qué hacer para evitarlo.


Si nunca has tenido claro cuánto cobrar por un render o un modelado 3D arquitectónico, aquí te enseñaremos un “método fugaz” para fijar tus honorarios, con el que aprenderás tres estrategias para facturar un render 3D o, de hecho, cualquiera de tus servicios. Por eso, para empezar, necesitas saber algo: la raíz del problema no es tu precio, es la falta de estrategia en la generación de clientes potenciales. Una vez que soluciones ese problema, podrás cobrar unos precios normales, acordes al mercado y con los que poder trabajar dignamente.

¿Cuánto cobrar por un render 3D?

Existen varios modelos de precios para cobrar por tus servicios —por hora, por proyecto, por comisiones, por objetivos, por valores predefinidos— y cada una de ellas tiene sus pros y sus contras, pero ya sabes que el problema rara vez es el precio. Por eso te lo voy a poner muy fácil, así podrás centrarte en lo realmente importante: en conseguir clientes.

El Método Fugaz está basando en una tarifa por hora: si eres novato y quieres emprender como freelance en arquitectura, lo normal es comenzar con una tarifa por hora. ¿Por qué?

Tus clientes lo podrán entender: un cliente podría alucinar si le das un presupuesto completo para un proyecto grande de 20 imágenes. Puede resultar intimidante y a muchos no les gusta hacer un gran compromiso. Para la mayoría de los clientes de un freelance, una tarifa por hora será algo cómodo.

Simplifica las cosas: usar otros modelos de precios conlleva experiencia para hacerse correctamente. De otra manera, podrías tener problemas más adelante y verte atrapado en un proyecto en el que terminas perdiendo mucho tiempo y dinero. Sin embargo, con una tarifa horaria eliminar ese riesgo y puedes empezar rápidamente sin ningún problema.

Reduce los riesgos para el cliente: recuerda que eres un desconocido para tu cliente, y las personas somos (comprensiblemente) adversas al riesgo. Con una tarifa horaria reduces el riesgo que toman. Si no les gustas, pueden parar en cualquier momento. Y tú, también. Entonces, la primer norma es esta: no te obsesiones demasiado con el número que elijas. Muchos profesionales se vuelven paranoicos escogiendo sus precios. Simplemente recuerda dos cosas:

No es buena idea competir por precio. Siempre habrá otro más barato (o más desesperado).
Podrás cambiar tus honorarios más adelante para ganar más o para corregir según la demanda del mercado. Este será solo el punto de partida.

Aquí están los 3 métodos con los que podrás definir tu precio/hora:

Opción 1: Q30 (“Quita 3 ceros”)

Con este método, coge el salario anual que te gustaría tener y quita los últimos 3 ceros: si quieres ganar 45.000 USD al año, entonces la cifra sería 45 USD/h.  Ese es tu precio. Por supuesto, esta regla no funciona para el 100% de los casos.

De hecho, si eres totalmente nuevo en tu nicho no esperes ganar 150 USD la hora si antes estabas buscando trabajo de arquitecto de 1.000 USD/mes.

Opción 2: Dobla tu cifra rencorosa

Tu cifra rencorosa es la tarifa mínima por la que aceptarías el trabajo, sin sentir rencor o resentimiento por hacerlo. Por cierto, conocer esa cifra es absolutamente genial porque facilita muchísimo la toma decisiones. Por ejemplo, si piensas “Uf, 15 USD/h es lo mínimo por lo que movería un dedo, por menos de eso prefiero irme de paseo con mi perro”, entonces, ¡genial! 15 USD/h es tu cifra rencorosa. Dóblala y cobra 30 USD/h como tarifa normal.

Opción 3: Imita a la competencia

Averigua cuánto están cobrando en el mercado otros infografistas con tu nivel de experiencia y habilidad y cobra lo mismo o un poco más que ellos. Muchos arquitectos freelance odian este consejo: comienzan a gritar y a patalear, o a decir que “debes cobrar lo que vales” o “ignora a la competencia”. Pues mira, lo siento por el golpe de realidad, pero la oferta y la demanda está ahí para todos.

Cuando tengas más clientes de los que puedas gestionar (recuerda que ese es tu verdadero problema), entonces podrás subir tus precios tanto como quieras.

Este método es sencillo, pregunta a tus amigos, compañeros o googlea cuánto cobrar por un render de media en tu país. Trata de encontrar la tarifa que se ajuste a tus competencias. Y nunca cobres por debajo de esa cifra, eso te pondría en una situación en la que estarías compitiendo por precio, lo cual nunca es una estrategia ganadora.

La realidad sobre el precio de los renders

Hay dos verdades que nadie cuenta: en ningún caso debes invertir más de 30 minutos pensando en tus precios. Tienes que escoger uno y pasar a testar el mercado. Lo otro: el 99% de las veces, el problema no está en tus precios, si no en tu embudo de ventas. Es decir:

No sabes generar clientes potenciales.
No sabes transmitir el valor de tus servicios.
No sabes cómo vender y cerrar clientes.

 

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